miércoles, 26 de abril de 2017

Uno solo es lo que es...

Siempre que hablo con mis alumnos sobre escritura -algo que hago a menudo, pues de eso se trata mi trabajo- les digo que es un proceso complejo, que requiere práctica y estrategias. Ahora, lo que nunca les he dicho es cuán difícil resulta escribir sobre uno mismo. Para mí es una tarea de las más arduas. Pero aquí voy...
Para empezar, les diré quién soy. Mi documento nacional de identidad dice que soy Gabriela Andrea Heredia -y a decir verdad, coincide bastante conmigo, pues ya no imagino que alguien me llame con otro nombre-. Otro dato que contiene mi DNI es que nací el 24 de agosto de 1973 en La Paz, el departamento más esteño de Mendoza, Argentina.
Hasta aquí todo es fácil. Los datos son objetivos: están plasmados en un acta de nacimiento.

Ahora bien, lo más interesante es decir qué soy. Como dice Joan Manuel Serrat, "uno solo es lo que es y anda siempre con lo puesto". Este punto es el que requiere -o por lo menos para mí lo requiere- de una mirada interior, una observación profunda, para definirme. Y siempre que emprendo este proceso llego a la misma conclusión: yo soy docente. Y sí, desde muy chiquita quise serlo hasta que llegado el momento, imponiéndome a los mandatos familiares, elegí mi profesión: desde hace 2 años soy profesora de Lengua y Literatura. Me recibí en Facultad de Filosofía y Letras, de la UNCuyo, y ejerzo en el ITU sede Este (Rivadavia y San Martín), donde dicto la cátedra Comprensión y producción de textos. La realidad es que no me imagino haciendo otra cosa, aunque por propiedad transitiva también soy correctora de un diario.

Sin embargo, a pesar de estar segura de que soy esto y no otra cosa, siempre me pregunté "¿por qué ser profesora y no médica o abogada?".

"Por vocación" podría ser una respuesta simple que conformaría a todos, pero me resulta tan abstracta esa explicación que me sabe a poco. Y así, entrando a mí y saliendo, leyendo y disfrutando, el arte me regaló la respuesta. Los invito a escuchar de Silvio Rodríguez "El escaramujo".


Esta canción, rebosante de poesía, me representa, me describe antes y ahora: siempre fui preguntera y no siempre encontré respuestas. Sin embargo, descubrí el poder transformador de la educación, ya que solo la docencia tiene el poder de incentivar la curiosidad, tiene la responsabilidad de que los nuevos pregunteros no se pierdan ni se desalienten, es la encargada de que cada día haya más y más de ellos por el mundo y es la única capaz de guiar la búsqueda de las respuestas en un universo plagado de información.

Es por esto que soy docente: soy profesora de Lengua y Literatura porque ambas son herramientas plenas para acceder al conocimiento de la realidad que nos rodea y que imaginamos, para responder y respondernos cada incógnita que se nos presenta, para trascender a nosotros mismos y vincularnos con los demás, y desde ahí seguir aprendiendo... Pero sobre todo, son medios para acceder a nosotros mismos: no hay mejor forma de autoconocernos, lo que equivale a decir "yo soy". Y nada mejor para un ser humano que poder declarar su ser, su existencia. Nada hay tan necesario como reconocerse y plantar bandera en sí para ejercer su soberanía de persona, esa que nos es innata...

Sobre el título del blog, puedo decir en su favor que hace referencia a cómo veo hoy la práctica áulica. El diccionario dice que un prestidigitador es "una persona que hace juegos de manos y otros trucos". Creo que hoy los docentes nos parecemos bastante a uno de estos magos, solo que nuestros trucos deben estar orientados hacia la incorporación de las TIC y a dejar de pelearnos con ellas, para disfrutarlas. De lo contrario, la magia de la clase se esfumará.

5 comentarios:

  1. Parece que si bien le es difícil hablar de usted, lo ha logrado muy bien!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Gracias, Diego! Y... Cuando arranco no paro más. La verdad es que se trata de algo que siempre he delegado en los demás, quizá por aquello de que la autorreferencialidad es "fea". Prefiero que los demás hablen de mí y no hacerlo yo. Pero me alegro de que te haya gustado

      Eliminar
    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

      Eliminar
  2. ¡Qué buena presentación Gabriela! "...la búsqueda de las respuestas en un universo PLAGADO de información", queda tanto como una elocuente manifestación de desmesura dimensional, como un disparador para el análisis de algún filósofo acerca de cómo pararnos frente a esta PLAGA – La información universal –: ¿Hay que combatirla por plaga o, en el modo que corresponda "domesticarla", si cabe el termino en referencia a optimizar su servicio a la humanidad? Haber usado “sobreabundante” en lugar de plaga, no me habría ubicado frente al hecho, como sujeto (el humano), con poder y recursos para optar entre la libre expresión, adaptación, adaptación condicionada o, coartarla (restricción de comunicaciones actual de Venezuela por ejemplo – sino es derecha es izquierda, al decir de Silvio RODRÍGUEZ). Indudablemente estimuló, en mi, un viaje reflexivo tu presentación.

    ResponderEliminar
  3. Gracias, Mario. "Saber no puede ser lujo"...

    ResponderEliminar